Debemos situarnos en una época donde un nuevo Imperio amenaza con conquistar Europa desde su zona más oriental, a finales del siglo XV. Hablamos de los territorios pertenecientes a Los Balcanes (Rumanía, Bulgaria, Moldavia, Grecia, Albania, Serbia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Eslovenia). En aquel momento lucharon contra la expansión del Imperio Otomano, para evitarlo aparecieron personajes como Vald Tepes(conocido por otros hechos más novelescos).
Sin embargo, los otomanos contaban con un ejército preparado y cuerpos especiales, uno de estos cuerpos eran los denominados Deliler (o Akinci en turco),sobre el que vamos a hablar, estaba conformado por caballería ligera irregular, exploradores y avanzadas del ejército otomano. Aunque mejor comencemos por el principio.
El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio turco selyucida(s.XII). Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos, sobrevivieron a las invasiones mongolas y bajo el reinado de Mehmed II (14511-1481) acabaron con lo que quedaba del Imperio bizantino. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I (1288-1326) y siguió en los posteriores reinados, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Segismundo de Hungría. El sitio de Constantinopla por las tropas otomanas fue roto gracias a Tamerlán, caudillo de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453.
Llego a su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, ya que controlaba una vasta parte del Sureste europeo, el Medio Oriente y el norte de África: limitaba al oeste con el Sultanato de Marruecos, al este con Persia y el mar Caspio, al norte con el Zarato ruso, Dominios de los Habsburgo (Hungría y Sacro Imperio Romano Germánico) y la Mancomunidad de Polonia-Lituania, y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y el Emirato de Diriyah (Arabia). El Imperio otomano poseía 29 provincias, además de Moldavia, Transilvania, Valaquia y Crimea, que eran Estados vasallos.
El Imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste durante seis siglos. Con Constantinopla como capital y el territorio que se conquistó bajo Solimán el Magnífico —correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande mil años antes—-
Para conseguirlo, el medio más eficaz de esta expansión y sincretismo, sobre fue el ejército otomano. Estas huestes se basaban en un complejo sistema de de reclutamiento y posesiones feudales en compensación por un apoyo militar. Se fundaron varios cuerpos auxiliares para proporcionar ciertos servicios relacionados con los movimientos de fuerzas expedicionarias. El más famoso de estos cuerpos fueron los Jenízaros, tropas de élite que fueron la guardia personal del sultán.
Una de las unidades que constituyó durante largo tiempo el grueso de sus tropas fue la caballería ligera, a cambio se les otorgaba feudos denominados timar. Empleaban como armamento arcos y espadas cortas, además utilizaron tácticas militares nómadas similares a la de los mongoles. Fueron uno de los ejércitos más avanzados de su época, siendo los primeros en emplear mosquetes y arcabuces (artillería).
A partir del siglo XVII, comenzó su decadencia al no realizar una serie de reformas para modernizar la tropa, las tácticas y el armamento, sobre todo debido a la corrupción existente entre los jenízaros. Ya en el siglo XIX, se acometerán las mejoras, pero no será suficiente frente a las nuevas potencias de la época desapareciendo el Imperio en 1918. Aunque eso es otra historia.
Por lo que se refiere a Akincis (merodeadores), la función principal era desmoralizar al enemigo y obstaculizar sus movimientos, como tropas de vanguardia en las líneas de frente más arriesgadas. Al mismo tiempo, debido a su movilidad, los deliler se empleaban para el reconocimiento y como avanzadilla de fuerzas combinadas, cuyo objetivo era aterrorizar a las poblaciones locales.
Una de las peculiaridades de estas tropas es que solían llevar ropa colorida e interesante para impresionar y confundir sus adversarios. Solían llevar alas de águila en sus espaldas (tradición más tarde imitada por los húsares alados polacos), cascos con cuernos de toro, abrigos de piel de leopardo. Debido a su aspecto inusual y su valor a veces casi suicida, se les apodaba en público como “deliler” (los locos), y “serdengeçtiler” (dadores de cabeza, en el sentido de aquellos que ya han dado su cabeza al enemigo y no les preocupa si vuelven vivos o muertos).
Las fuerzas akinci fueron dirigidas por un grupo reducido de familias. Reconocidos fueron las familias Malkocoglu, Turhanli, Ömerli, Evrenosolglu y Mihalli. Estos clanes akinci estaban compuestos principalmente de guerreros turcomanos descendientes de guerreros ghazis que combatieron bajo el fundador del Imperio otomano (Osmán I). Asimismo, en sus filas se unirían aventureros, soldados de fortuna, mercenarios, guerreros dervishes y civiles en busca de aventura.
Además, fue uno de los grupos que permitió la rápida expansión del Imperio Otomano. El sistema akinci funcionó de manera notable en los siglos XIV al XVI, pero comenzó su decadencia a finales del siglo XVI. Los akinci tras la batalla de Hungría (1595) fueron diezmados y reemplazados por nuevos cuerpos irregulares, como los “DELI” y los “BASHIZOUK”. Visto que la expansión turca en Europa se paralizaba, los akinci fueron innecesarios, como resultado fue el fin de su fuente de ingresos, los saqueos. Serán disueltos por el gran visir Koca Sinan Pachá. El gobierno intentó llenar este vacío haciendo uso de entidades políticas tribales semi-independientes como los kurdos, turcomanos, circasianos y árabes.
Conviene subrayar que los últimos restos del sistema akinci subsistieron hasta el siglo XIX tardío en las provincias balcánicas como bashi-bozouk (irregulares).
Con respecto a su armamento, era ligero. Utilizaban arcos y flechas, espadas, lanzas, escudos y hachas de batalla para atacar al enemigo. Superaban en velocidad a la caballería pesada a causa de que sus caballos eran más ágiles. Entre las tácticas que utilizaban; disparar el arco mientras el caballo retrocedía, rehuían el choque directo para debilitar al enemigo. En algunas campañas, como la batalla de Krbava, formaron un ejército en sí mismo, sin apoyo de infantería o caballería pesada.
Puesto que se trataba de una milicia irregular, no tenían salarios regulares como los soldados “kapikulu” (para conocer más en detalle sobre las tropas otomanas recomiendo el siguiente enlace: https://arrecaballo.es/edad-moderna/el-imperio-otomano/el-ejercito-del-imperio-otomano/ ) o feudos; sus ingresos provenían de los botines de guerra y el saqueo. No se sometían a los tratados de paz, por lo cual, fueron responsables de ataques contra guarniciones, fortalezas y puestos fronterizos en tiempos de paz. Asimismo, se les utilizaban como sistema de defensa en las zonas de frontera del imperio.
En definitiva, formar parte de los akinci, era un estilo de vida, pero su leyenda en batallas y saqueos fue una fantasía romántica popular en la literatura y música otomana. Una muestra de ello son las “Serhad Türküleri” (canciones populares de frontera), que forman una subcategoría de la música tradicional otomana, cuyas letras relatan las incursiones, batallas o historias de amor de los guerreros akinci, incluso algunas odas a guerreros caídos en batalla. Durante el siglo XIX, con el romanticismo, los escritores turcos narraron poemas sobre estos guerreros creando su leyenda, un ejemplo conocido es “Akincilar” de Yahya Kemal.
En 2018 una productora turco-alemana realizo una película con el título «Deliler», donde relata una batalla de estos guerreros contra uno de los temidos enemigos del Imperio Otomano, Vald Tepes apodado «Draculea», reviviendo de esa forma viejos mitos.
Bibliografía:
– https://arrecaballo.es/edad-moderna/el-imperio-otomano/el-ejercito-del-imperio-otomano/
- De Bunes Ibarra, Miguel Ángel (2015) EL IMPERIO OTOMANO (1451-1807). Editorial Síntesis.
- Romero García, Eladio y Romero Catalán, Iván (2017) BREVE HISTORIA DEL IMPERIO OTOMANO. Editorial Nowtilus.