El fenómeno de la TUNA enfocada desde un punto de vista histórico. Esta asociación consigue unir el sentido de la tradición universitaria, que ya lleva siete siglos de existencia, con la adaptación a los nuevos tiempos.
Durante la Edad Media la Educación fue responsabilidad casi exclusiva de la Iglesia, para la preparación de futuros sacerdotes. La base de sus estudios estaba formada por el “trívium” y el “cuadrivium”. Con el tiempo la presencia de grandes maestros atraía un creciente número de estudiantes con deseo de saber, poco a poco se iban aceptando personas que no pensaban seguir la carrera eclesiástica. A estas comunidades de maestros y alumnos se les denomina “Studia Generalia” (Estudios Generales). Se organizaron en gremios denominados Universidas Magistrarum et Scholarum, para destacar el deseo de alcanzar la universalidad. La primera Universidad que se funda en Europa es la de Bolonia 1088 (luego vendrán París, Oxford y Cambrigde).
Antecedentes:
El nacimiento de las universidades en España es en el siglo XIII cuando surgen las instituciones predecesoras, los ya mencionados Estudios Generales. Estos centros donde se impartía enseñanza superior eran asociaciones de personas unidas por un fin. El primer estudio general se fundó en Palencia en 1208, por orden de Alfonso VIII de Castilla, pero no tardo en extinguirse. La primera universidad que perduró fue la de Salamanca, ya en 1218 creada bajo patrocinio de Alfonso IX de León y con bula de Alejandro IV del 6 de abril de 1235.
(Seguirá a continuación la universidad de Valladolid en 1270. En Aragón será la de Lérida, creada por Jaime II en 1300, la de Barcelona culminó en 1450. La universidad de Santiago de Compostela en 1495, en Alcalá de Henares contaba con un Estudio Generala aprobado por Sancho IV en 1293 pero será con el cardenal Cisneros cuando se convierta en centro de enseñanza en 1499. Ya por iniciativa del emperador Carlos V se funda la universidad de Granada en 1531. )
Aunque los Estudios Generales, conocidos bajo la denominación de Universidades, comenzaron su existencia en la zona norte de la Península se iban repartiendo por todo el territorio bajo protección real.
La fundación de los primeros Estudios Generales conllevó la aparición de un nuevo grupo social formado por los estudiantes. En su gran mayoría disponían de una condición económica que no podía costearse la estancia en su alma mater, por lo cual tocaban y cantaban por los mesones, conventos, calles y plazas para conseguir algo de dinero y un plato de sopa con los que mantenerse. Ésta es la razón por la que se les conocía como “sopistas” o “sopones”. Iban provistos de cuchara y tenedor de madera, lo que les permitía comer en cualquier lugar donde se les presentaba la ocasión. Estos cubiertos de madera era su símbolo y en la actualidad continúa siendo su distintivo. Los sopistas cantaban coplas populares mientras tocaban las guitarras, sirviéndose de sus habilidades musicales para enamorar a mozas. Las costumbres y forma de vida de los sopones han ido evolucionando, se consideran como los antecedentes de los tunos.
Los sopistas se acogieron a la “Instrucción para bachilleres de pupilos”, norma dictada en 1538 que ofrecía vivienda a los estudiantes que no podían costeársela por otros estudiantes antiguos. Una de las normas era que los estudiantes de carreras diferentes no podían mezclarse, por lo que los llamados “bachilleres de pupilos”, estudiantes veteranos, debían apoyar a los estudiantes nuevos. Los “pupilos” que querían formar parte de los cerrados grupos de sopistas pasaban por un período de instrucción. Se convertían en escuderos de los antiguos a cambio de que éstos les enseñaran su arte de picardía. Los primeros días los estudiantes nuevos se veían obligados a pasar por una serie de pruebas, bromas, que se caracterizaban por la humillación (engaño, robo…etc.) y otras fechorías nacidas de la picardía y el deseo de vivir con el mínimo esfuerzo.
La primera referencia en fuentes sobre la tuna es del año 1300 en la obra “Liber constitutionem” de la Universidad de Lérida. Se prohíbe en ella a los estudiantes hacer rondas nocturnas bajo pena de confiscarles los instrumentos porque rompen el silencio y descanso de la ciudad.
A mediados del siglo XIII, Alfonso X el Sabio define en su obra “Las sietes partidas” a los grupos de estudiantes como: “Yuntamiento que es fecho d´escolares trovadores, per aver mantenencia, andar las tierras e servir las dueñas dellas con cortesanía”.
Algunos autores sostienen que no se puede hablar de la existencia de la Tuna hasta el siglo XIX. Si existía la costumbre de correr la tuna practicada por los estudiantes, aunque apenas hay datos sobre la estabilidad interna de los grupos estudiantiles. Los estudiantes formaban “bigornias” que atraían a escolares además de vagos, mendigos y pícaros, estos últimos se matriculaban en las Universidades para disfrutar del fuero académico. Eran cuadrillas que respondían al ingenio y daba una solución a la falta de recursos. Aunque corrían la tuna ante todo por necesidad y también por diversión. Los estudiantes tunantes pasaran en un momento de pícaros a temibles delincuentes, sobre todo en los periodos de crisis, como en el siglo XVII.
Estos estudiantes además de manejar la inteligencia cantaban a coro canciones de temática variada, muchas compuestas por ellos mismos sobre las miserias de la vida estudiantil. El humor ocupaba un hueco importante, pero la sátira y la crítica formaban parte de sus argumentos. Además junto a las actuaciones callejeras, divertían a los comensales en bodas, bautizos y todo tipo de celebraciones.
El término “TUNA”hay diferentes teorías para explicar su origen. La explicación recogida por la RAE, también fue dada por Joan Corminas y José Pascual: “el antiguo argot francés “tune”-hospicio de los mendigos, limosna, mendicidad; tomado del nombre del “roi de thunes” o jefe de los vagabundos franceses, a quien se dio el nombre de “rey de Tunez” en memoria del Duque del bajo Egipto que se hacía dar el jefe de los gitanos cuando sus bandas llegaron a París en 1427”. Otros que han expuesto sus opiniones son por ejemplo en el siglo XVIII Fray Martín Sarmiento en sus obra “De los atunes y de sus transmigraciones”, Emilio de la Cruz y Aguilar que formulo la hipótesis que la palabra “tuna” proviene del latín “tonus” en referencia a la música. Otra teoría es de Julián de Zugasti, aunque la primera vez que se recoge la palabra “tunante» es en 1646 en “La vida y hechos de Estebadillo González”. Incluso Miguel de Cervantesmenciona las costumbres estudiantiles en su novela ejemplar “El licenciado vidriera”; el propio Francisco de Quevedo en su novela “Historia de la vida del Buscón” hace referencia a estos temas y muchos más que no vamos a mencionar aquí.
Evolución:
Con el paso del tiempo, las Universidades entran en periodos de decadencia. Los estudiantes de la tuna perdían también su lugar en la sociedad hasta que en 1835 fue aprobada la “ley que suprimía el fuero académico” (condición privilegiada de exención de los universitarios de la justicia ordinaria y su sometimiento al juicio del Rector) y el uso del uniforme escolar. Con esta normativa, los tunos perdieron su seña de identidad que les diferenciaba del resto de grupos sociales. Los escritores costumbristas se dispusieron a escribir sobre la tuna definiendo sus costumbres antes de su eliminación. El movimiento romántico decimonónico ayudó al renacimiento de la tradición. En el siglo XIX, durante la regencia de María Cristina, se permitió la libre asociación y se crearon asociaciones de músicos y artistas. El liberalismo llevó a cabo una profunda renovación convirtiendo a los tunos en un modelo social prestigioso y de élite. En este momento sus actividades son mucho mayores, desde dar clases particulares a otros escolares, enseñar atañer instrumentos, componer letrillas, copiar libros…etc. Es en este momento cuando las tunas son ya una organización estructurada, con una junta directiva que daba relevancia y reconocimiento social ante las instituciones. Gran número de miembros y realizaban una importante labor benéfica. Para estas nuevas agrupaciones fue adoptado el término “la estudiantina” que antes servía para referirse al cuerpo estudiantil en general.
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Tuna del siglo XIX |
Las auténticas estudiantinas (s.XIX) formadas por universitarios eran grupos musicales que tomaron el nombre sin que sus miembros tuvieran relación alguna con una universidad. Justo en esta época también aparecen las “comparsas de carnaval” que se llamaban “estudiantinas” imitando el traje de los antiguos estudiantes. Los integrantes de estos grupos no escolares eran hombres, aunque también había “estudiantinas femeninas o mixtas”. Pero los verdaderos grupos de estudiantinas para diferenciarse de estos se denominaron “tunas”.
Las actividades de las tunas decimonónicas figuraban la petición de dinero que luego gastaban en vicios propios o lo empleaban para beneficio de los necesitados. Las estudiantinas del siglo XIX se diferenciaban de los grupos de estudiantes que antiguamente habían corrido la tuna por su mejor organización y mayor estabilidad. Sus miembros permanecían en ellas varios años. Aparecen mayor número de actuaciones y repertorio obligaba a la aparición de la figura de un director musical y de solistas vocales o instrumentales. Las giras artísticas conllevo el nombramiento de una persona encargada de la planificación, el presidente y un ayudante, el vicepresidente de la tuna, además de otros nuevos cargos.
Las tunas españolas siguieron con sus actividades en el siglo XX, aunque la Guerra Civil supuso la desaparición temporal de las estudiantinas. Una vez terminado el conflicto bélico (1939), comenzara un periodo de decadencia por considerar a la tuna un elemento subversivo de difícil control, por lo que en 1955 se restringían las actividades de las tunas. Aun así los tunos se saltaban los protocolos y papeleos llegando hasta el nuestros días.
Hoy en día existen en España unas 200 tunas, la mayoría de ellas masculinas, aunque en el siglo XX fueron admitidas por primera vez a las universidades las mujeres, formándose tunas femeninas. Existen además las tunas mixtas, la primera fue la Tuna mixta de Filosofía y Letras de Zaragoza. Cada Tuna tiene su bandera bordada con un lema que la define, en su anverso se ve el color de la beca que usa y el escudo de la Facultad a la que pertenece. El uso del estandarte y la figura del portador de la bandera aparecieron en el siglo XIX. Las tunas comenzaban los pasacalles encabezadas por un estudiante sosteniendo un pendón donde veían escrito el nombre y la procedencia de la agrupación.
Actualmente, en el 2005 se creó un Consejo Nacional de Tunas Universitarias de España, están registradas a nivel nacional estas asociaciones. Tienen una estructura particular, constituyen sobre unas normas esenciales, a las cuales, se añaden otras que no están escritas y se basan en la vida real de la tuna inspirándose en la tradición y en los valores universales del compañerismo. Hoy no sólo en España, sino también fuera de ella.(1)
Formación y Estructura:
Los componentes de cada tuna ejercen distintas funciones. La distribución de los cargos se vota según los correspondientes estatutos. Ya hemos comentado algunos cargos como el presidente que es el responsable de coordinar sus actividades, presidir las reuniones…etc; otros como el director musical, el secretario…Otra de las figuras relevantes para las tunas son las madrinas quienes representan a la tuna y apoyan sus actividades.
Los estudiantes suelen ingresar en la tuna en el primer curso de su carrera universitaria. Los interesados deben cumplir un único requisito el ser estudiantes universitarios de la Facultad a la que pertenece la tuna en cuestión. No hace falta que sus integrantes sepan tocar ningún instrumento musical. Una de las formas de reclutar nuevos miembros para la tuna es el “pasacalles” o “rompeclases” que se suele realizar a principio del curso académico, consiste en interrumpir en medio de las clases para presentar la tuna en la comunidad universitaria y animar a los estudiantes a ingresar en ella.
El aspirante a tuno tiene que pasar por un período de nuevo quien todavía no tiene el derecho a llevar el traje. Transcurrido un tiempo determinado y superar una prueba de ingreso, que consiste en la ridiculización del nuevo a través de diferentes pruebas y preguntas, suele estar presidido por un tribunal de tunos veteranos. Aprobada esta prueba, el nuevo pasa a ser un “novato”, también llamado “pardillo”, durante un baño de iniciación en una fuente. El periodo de novato dura un año aproximadamente. Durante ese tiempo, ha de aprender a tocar un instrumento que se le asigna, cantar, desenvolverse en varios tipos de situaciones y afrontar toda clase de llamadas “novatadas”. Con estas actividades se pretende hacer selección de los novatos y al cabo del año se queden como veteranos los que hayan aguantado. El periodo de adaptación o época de fastidio consiste en dos clases de pruebas: una física (obligaciones a hacer algo) y otra psicológica (insultos y desprecios). (2)
Una de las tradiciones más antiguas que se conserva en la tuna es el “pupilaje”, en el periodo de aprendizaje, un tuno coge a un novato bajo su protección, le enseña lo que él ha aprendido en la tuna y es responsable de él. Cuando el padrino del novato y los demás tunos lo consideran oportuno, votan la incorporación del novato. Tras lo cual se procede al “bautizo del novato”. Una ceremonia en la que es es bañado en una fuente pública, pasa a ser “veterano”, recibe la beca distintiva de las correspondiente tuna y su apodo, por el que se le conocerá en el ámbito de la tuna. Este sobrenombre está relacionado con algo que pasó durante el período de novato o define una cualidad o defecto.
Una parte del bautizo es “el juramento”. Algunas tunas, como la de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, recogen una fórmula en palabras establecidas en el siglo XVII por Ignacio Farinelo en su obra “Arte tunantesca o Diálogo entre dos tunantes”…etc.
La existencia de cualquier tuna depende de que tenga una cantidad suficiente de novatos y bastantes miembros en activo. Si no los tiene puede ser disuelta.
Indumentaria:
Los tunos actuales se visten con una indumentaria similar al uniforme utilizado por los antiguos estudiantes de las primeras universidades españolas. En origen se generalizo un traje uniforme para distinguirse del resto de grupos sociales, además de identificarles como estudiantes. En aquella época estaba prohibido el uso de algunos materiales, telas, colores y adornos por no ser conformes con la austeridad de los Estudios Generales, por lo cual, no se utilizaban sedas y piles, guantes, camisas bordadas, calzas de color…etc.
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Capa de Tuno |
Con el tiempo fue variando dependiendo de la fortuna de los estudiantes y la moda del momento. Dentro de los estudiantes existían varios tipos y se diferenciaban por su vestimenta.
En primer lugar, los “manteístas”eran estudiantes comunes que no ocupaban plaza ni en Colegios Mayores o Menores(entre los siglos XV y XIX se denominaron colegios menores a los que existían en las universidades, y daban la enseñanza que solamente permitía obtener una titulación menor: la de bachiller. Sin embargo, en sus constituciones y forma se parecían a los colegios mayores, concedían el título de licenciado) ni en colegios de órdenes religiosas o militares. Éstos vestían “los hábitos” que consistían de manteo, sotana y bonete. El “manteo” era una capa larga con cuello llevada sobre la “sotana”. Esta vestimenta también la utilizaban los eclesiásticos. La sotana servía para ocultar otras ropas e impedía la ostentación de adornos. Bajo el nombre de “bonete” era conocido el gorro de cuatro picos que saliendo hacia fuera encima formaban una cruz. Cuando el estudiante llegaba a ser doctor, ponía encima del bonete la “borla”, conjunto de hilos rematados en un botón, como insignia de su grado académico, ésta además era de un color determinado según la rama científica a la que pertenecía.
En segundo lugar, estaban los “colegiales” que eran los residentes en distintos Colegios y se distinguían del resto de los estudiantes, además del “manto”, la sotana y el bonete, por la “beca”. Esta última era la faja de color que cruzaba el pecho que subiendo por los hombros llegaba casi hasta los pies. Su uso era símbolo distintivo de haber sobrevivido dentro de la tuna, sigue siendo en la actualidad.
En el último peldaño estudiantil lo representaban los “capigorrones” o “capigorristas”, llamados así por llevar capa corta y “bigornio”, un sombrero de dos picos, resultante de doblar las alas de uno redondo por los dos lados. Se hacían criados de los Colegios o de estudiantes ricos, acudían a los conventos para conseguir la comida, conocida como “sopa boba”, de ahí su otro nombre: sopones.
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Manteísta |
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Capigorron |
Para tratar de unificar el vestido en 1773 se crea la Real Resolución que determina: “los trajes que deben usar los estudiantes de todas las Universidades del Reino” (Martínez del Río, Estudiantes, 72).
En el siglo XVIII comenzó la polémica sobre la necesidad de mantener los hábitos universitarios. En el reinado de Carlos III, se prohíbe el uso de la capa larga y sombrero redondo (inducía a la delincuencia al ocultarse el rostro), obligando así a los estudiantes a sustituir sus prendas por la capa corta y sombrero de tres picos. Ya en el siglo XIX, ante la aparición de las denominadas comparsas estudiantiles y estudiantinas para diferenciarse de ellas, en 1835 se suprime el uso del uniforme escolar debido a no estar en armonía con las costumbres de la época. No obstante, los tunos lograron recuperar su traje distintivo, prescindiendo del manteo y el tricornio.
Los componentes de las tunas del siglo XIX vestían jubón negro sin faroles prendiendo en una de las magas un lazo de color según su Facultad de procedencia. En la actualidad, la vestimenta de la tuna se conoce, debido a que ésta hecha de terciopelo de color negro, como “pájaro”, “grillo” o “cuervo”. Se compone de jubón, beca, bombachos o gregüescos (son un tipo de calzas o calzón masculino, corto y abombachado), calzas o medias calzas y zapatos. El conjunto remata con una capa y la beca. En la capa no pueden faltar los escudos de la ciudades/países visitados y las cintas bordadas. En España hay sólo dos tunas que no llevan beca. El traje de la Tuna Universitaria Compostelana, porqué está adornado con la Cruz de Santiago, y la Tuna de Distrito de Granada, que lleva bordado en el pecho el escudo de la Universidad de Granada.
Instrumentos Musicales:
La Tuna al ser una agrupación musical instrumental, se sirve de acompañamiento a las voces con instrumentos tradicionales como son la guitarra, bandurria, laúd, pandereta, vihuela y pandero. Con la evolución se han ido incorporando otros instrumentos. Se suelen utilizar también elementos autóctonos como la gaita por ejemplo en Santiago de Compostela o el timple (es un instrumento musical de cuerda pulsada, que consta de 5 cuerdas y que es típico y originario de Canarias) en las tunas de las Islas Canarias. Debido a la influencia de otras culturas se emplean instrumentos foráneos como la zampoña y charango andinos, el guitarrón mexicano…etc.
Valoración:
Debido a la influencia histórica y gracias a los viajes, la tradición tunil ha llegado más allá de las fronteras españolas. Hoy podemos ver Tunas en Portugal, desde finales del siglo XIX. En los países de América Latina, que durante el periodo colonial se fundaron universidades siguiendo el modelo de las españolas.
A diferencia de España, donde la aparición de los centros de educación superior conllevó la posterior creación de agrupaciones estudiantiles musicales, en América no contaran hasta el siglo XIX con sus propias tunas.
Actualmente otros lugares del mundo que cuentan con estas agrupaciones estudiantiles son: Bélgica, Holanda, Alemania, Irlanda e incluso Japón.
La Tuna es tradición universitaria no sólo porque las costumbres han pasado de generación en generación, sino porqué ha mantenido vivo unas características comunes de la vida estudiantil. Es un organismo universitario de carácter cultural cuyo origen se remonta al nacimiento de las primeras universidades españolas. Nace en la Universidad y de la Universidad. Se ha convertido con el tiempo en una verdadera institución en las universidades de toda España.
Debido a la evolución de la sociedad, la tuna ha perdido su función como medio de vida de los estudiantes. Aun así la tuna sigue demostrando que la picaresca estudiantil existe y sigue interpretando canciones populares, ronda a las mujeres, viaja y reparte alegría, a pesar de las transformaciones y cambios culturales/sociales.(3)
Bibliografía:
Vomelová, K. «El fenómeno de la Tuna, su historia y presente», Univerzita Palackého V Olomouci, 2008. Referencias (1) (2) (3)
Me ha parecido muy instructivo este articulo. Saber de dónde procede esta tradición universitaria. Muy entretenida su lectura, y muy bien documentado con infinidad de detalles que desconocía por completo. Gracias
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Muchas gracias¡¡¡¡
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Lamentablemente, el artículo se basa en premisas equivocadas, como eso de que la tuna salga en las Partidas de Alfonso X… eso no sale en ninguna partida. Las fuentes bibliográficas son muy escasas. La Tuna no viene de la edad media, sino del siglo XIX.
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